Se prohíbe la publicidad del tabaco porque causa enfermedades que la Seguridad Social ha de costear; un cáncer o un enfisema son muy costosos y el paciente suele aguantar mucho, con lo que el coste se dispara. La publicidad del alcohol también se prohibe, porque aparte del costo económico sanitario, un borracho al volante puede causar estragos y me puede tocar a mí. Se hace publicidad contra la droga porque un drogadicto es un peligro en cuanto a la violencia delictiva que puede generar y lo costosos que son los tratamientos sanitarios y de rehabilitación. Parece ser que generan más gasto que los impuestos que se recaudan de su venta.

No se prohíbe, sin embargo, la publicidad sobre el juego, es lo más rentable y limpio. El jugador alentado por cantos de sirena (botes y otros grandes premios) va cayendo cada vez en un pozo del que difícilmente saldrá. No es costoso sanitariamente, solo de hunde él y sus allegados llenando los bolsillos de los que promueven el juego. Si hay suerte hasta puede que se suicide y no haya costo sanitario ni de pago de pensión, y si no ha cotizado los años suficientes, ni a la viuda ni a los hijos. Bastantes enfermos de juego hay ya para que encima el Gobierno y particulares los fomenten y haya cada día mas ludópatas. Luis Monleón Almela. Paterna.