Es abrumadora la evidencia científica disponible que advierte de la importancia de la figura paterna para el adecuado desarrollo psico-emocional de los hijos. La ausencia de un padre está en la base de la mayoría de los problemas sociales más graves. Los menores privados de su padre tienen mayores problemas psicológicos, psiquiátricos y médicos: x20 probabilidad de padecer depresión, x5 riesgo de suicidio, x4 riego de pobreza, x2 riesgo de obesidad, x2 probabilidad de abandonar los estudios, x7 riesgo de embarazo no deseado, x1´8 riesgo de mortalidad neonatal, x20 riesgo de conductas agresivas y antisociales, x10 riesgo de consumo de drogas, x32 probabilidad de huir del hogar y x14 probabilidad de cometer violación.

Las situaciones en las que el menor no puede disfrutar de un entorno paterno-materno natural adecuado por muerte o abandono de uno de los progenitores son lamentables e inevitables, pero lo irracional es crear esa carencia. Legislar la custodia compartida como modelo preferente en caso de divorcio con hijos sería la medida de salud pública más efectiva de protección de la infancia.