Si algo debemos aprender de estos años convulsos con el tema catalán creo que es la necesidad de iniciar un proceso de construcción nacional de un país que se nos cae a trozos. Marcar unos objetivos que ilusionen a la ciudadanía y que nos hagan sentirnos orgullosos de nuestro país y nuestro estado. Por supuesto, en primer lugar mejorar todo lo relativo al bienestar social, educación, sanidad, justicia, asistencia social, vivienda digna, reparto del trabajo para que haya empleo pleno con sueldos dignos... Y también garantizar una comunicación fluida e independiente con Europa sin tener que depender, como ahora, de los nacionalismos excluyentes e insolidarios.

Si se ha podido realizar un túnel bajo el Canal de la Mancha, si se cruzan los Alpes para comunicar Italia, Francia, Suiza, Austria, Alemania€ ¿Cómo es posible que no se pueda construir una comunicación ferroviaria y automovilística entre Zaragoza y Francia (tal vez Toulouse) para que nuestras mercancías, turistas, viajeros, etcétera, puedan entrar y salir a Europa por una ruta nueva? La comunicación Valencia-Sagunto-Zaragoza-Huesca-Francia crearía un corredor de servicios a su largo y daría vida algunas de las zonas más deprimidas y despobladas de España. (Talleres, fábricas, zonas logísticas, servicios€). Los puertos de Málaga, Almería, Cartagena, Valencia, Sagunto, Castellón también resultarían potenciados con esa nueva alternativa. Podría ser un plan a 10, 15 ó 20 años vista. ¿Se podría solicitar ayudar de la Unión Europea? De lo que estoy seguro es de que crearía mucha ilusión en grandes zonas de España y un poco de inquietud en algunos sectores que hoy aprovechan los privilegios de tener el monopolio de las comunicaciones con Europa. Juan Manuel Carreño Pérez. València.