El hecho de que el presidente Sánchez haya autorizado el acceso a su tesis doctoral por internetpor parte de cualquier interesado en el tema era un paso indispensable -más que conveniente- ante las dudas planteadas sobre el documento por Albert Rivera (Ciudadanos) y Pablo Casado (PP) por intereses partidistas y politiqueros. Contra lo manifestado por representantes del Gobierno que dicen que con este gesto elemental se puede y debe pasar página al tema, con la formación y la experiencia que tengo me permito plantear las siguientes propuestas.

Al presidente del Gobierno: elaborar un detallado informe sobre su tesis, en el cual se indiquen los antecedentes, insumos, procesos, contextos y resultados de su investigación doctoral; a ser presentado en la instancia que se considere pertinente y oportuno, sin descartar el Senado o el Congreso de los Diputados.

Al ministro de Educación: ordenar a la Conferencia de Rectores la elaboración de un informe sobre el estado de la cuestión de los doctorados, desde la ley orgánica 11/1983 y el Real Decreto 185/1985 de regulación del Tercer Ciclo y el Doctorado, hasta la normativa vigente. El informe ha de ofrecer un riguroso balance cuantitativo y cualitativo de los desafíos, desarrollos e impactos de la investigación doctoral en el país, contrastados con parámetros europeos e internacionales, olvidándose en lo posible de la enfermiza obsesión numérica de los rankings.

Como es posible que hoy mismo se esté trabajando en este sentido en más de un Campus de Excelencia Internacional, entiendo que el informe podría estar concluido en diciembre para convertirse en aporte estratégico a la sociedad en los 40 años de la Constitución.