Los hombres son esclavos de sus palabras y dueños de sus silencios. Concepto que parece ser no tiene asumido Pablo Casado. Este muchacho, sí, muchacho, porque no ha tenido la hombría de refrendar sus palabras en la Cámara. Posteriormente en la calle ha tratado de desdecirse en manifestaciones ambiguas, incoherentes y que solamente ha conseguido producir vergüenza ajena. Estos hechos demuestran la inmadurez y falta de dominio de si mismo, de alguien que aspira a gobernar la nación.

España no puede permitirse un gobernante que actúe por impulsos y cuya incontinencia verbal podría originar conflictos foráneos A mi modesto entender, sufre un complejo de inferioridad que su nivel de incompetencia no le permite superar. Solo hay que escuchar las falsedades que vierte en sus peroratas, que no discursos, producto de su escasez de conocimientos (no sabe ni quién es Luis Santángel). Ignora que sus manifestaciones resultan beneficiosas tanto para PSOE como para Podemos y la izquierda española. Dale cuerda y se ahorcará, dicen que dice un refrán.