En estas fechas contemplamos como proliferan en los medios de comunicación mensajes bienintencionados promoviendo la armonía y el amor con motivo de la Navidad. Se advierte de las consecuencias negativas para nuestros hijos de caer en el consumismo desenfrenado, de los peligros del exceso de regalos.... y, sin embargo, nadie alza voz por aquellos hijos a los que se les impide estar con uno de sus progenitores. No pocos padres divorciados, fundamentalmente hombres, no han podido acudir al festival de navidad de sus hijos, no han podido recogerlos del domicilio de la madre por negativa de ésta, e incluso no han podido recogerlos del centro escolar porque las mismas madres no los han llevado para impedir todo contacto con el padre. Desde la despenalización del incumplimiento del régimen de visitas en el año 2015, esos padres, desesperados, están absolutamente abandonados por los poderes públicos. Esos padres pasarán las Navidades sin sus hijos. Peor incluso, es que esos niños pasarán las Navidades sin sus padres... luego nos rasgamos las vestiduras por la sociedad que estamos construyendo todos a nuestro alrededor.