Por primera vez en mis 21 años, no sé dónde estaré de aquí a 12 meses. Si todo va bien este curso, habré terminado la carrera, tendré cuatro años de conocimientos universitarios a mis espaldas y muchas ganas de aprender más. Puede que siga estudiando y me decida por algún máster o posgrado, o puede que escoja lanzarme de lleno al mundo laboral y dedicarme plenamente a ello. Pero puede que no haga nada de esto. Es la primera vez en toda mi vida que no tengo planificado qué viene luego. Qué haré a partir de septiembre, a qué lugar llamaré «mi casa» o con quién compartiré mis experiencias. Estoy nerviosa y un poco perdida, pero no puedo esperar a descubrir qué me depara mi futuro.