El presidente de Rusia promueve un nuevo contrato social, centrado en los sectores más excluidos de la población. Uno de los puntos a resaltar de susodicho contrato es el aumento de salario en función al número de hijos que se tenga, así como descuentos hipotecarios e impuestos reducidos, señala Putin en uno de sus discursos parlamentarios. Así, frente a su decreciente popularidad, Vladimir Putin propone estas medidas tan esperanzadoras para la clase baja y favorecedoras para las tasas de natalidad del país. A mi parecer, esta medida tan drástica afectará la economía del país inmediatamente puesto que esos subsidios para las familias numerosas, producirán un aumento súbitamente descontrolado de familias sin recursos con más bocas a las que alimentar, esto llevará a más descuentos y sueldos más elevados y sin cierta precaución puede llevar a un círculo vicioso del que el presidente debería sacar a los ciudadanos rusos. Sin mencionar otras propuestas anteriores de Putin que no fueron cumplidas, esta vez, si esa historia se repite, demasiadas personas se verán afectadas. Estas medidas en busca de la mejora pueden adquirir un rumbo un tanto peligroso del que nos convendría estar atentos sobrerodo teniendo en cuenta las amenazas a EEUU que le acompañan.