No creo que exista ningún valenciano al que le guste la deriva que están tomando las Fallas. Como sigamos así, a esta magnífica y singular fiesta Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad le auguro un futuro a corto plazo más que dudoso. Ante tanta cochambre y vandalismo, lo primero que se me ocurre es rogar encarecidamente a la Junta Central Fallera, al Ayuntamiento de València, a la Generalitat, al Gremio de Hostelería, a las fuerzas vivas de nuestra ciudad y al Sursum Corda, si en su caso fuese necesario, que convoquen con urgencia una reunión de cara a tomar medidas urgentes para poner coto a tanto desmán. No se han cumplido los horarios de verbenas, ni de lanzamiento de petardos, los botellones se han multiplicado a lo largo de toda la ciudad, no se han respetado ni monumentos ni jardines y un olor acre, mezcla de orín, alcohol y refrito ha reinado en el ambiente. Se impone considerar una tasa turística como en muchas ciudades europeas. ¿Alguien ha pensado en limitar los accesos a las mascletaes? No quiero ni pensar en un hipotético accidente pirotécnico. Creo que las Fallas han crecido sin control en todos los aspectos y se nos han ido de las manos. Tratemos de racionalizarlas y no permitamos bajo ningún concepto que las Fallas mueran de éxito. Gracias.