En pleno siglo XXI donde la libertad debería estar en su máximo apogeo parece que hemos retrocedido unas cuantas décadas. Con planes esquematizados, propósitos programados y con edades estipuladas para realizar las cosas. Nos venden una falsa seguridad inexistente, si no aceptas su camino, te hacen pensar que el

éxito será imposible de alcanzar, que las metas solo se podrán lograr si sigues la corriente. Que lo acertado es seguir esa senda y que si no sale bien, como has hecho lo que todos solo se debe a que has tenido mala suerte. Si en cambio decides tomar las riendas de tu vida y decidir por ti mismo cual es el siguiente paso, te señalaran, te catalogaran como el mal ejemplo, como el modelo de lo que no hay que hacer, para así ellos, sentirse mejor en su vida cuadriculada, pero ¿sabes que? Prefiero el orgullo de un error elegido a uno impuesto.