Los dispositivos móviles, tan imprescindibles en nuestros tiempos, están haciendo que muchos jóvenes dejen de salir a la calle para pasar más tiempo frente a una pantalla. El crecimiento del número de estos aparatos en los hogares es paralelo al aumento de problemas de salud y sociales que sufren los menores. El acceso que puedan tener algunos niños a tabletas u ordenadores, puede alterar su crecimiento, mermando así sus habilidades cognitivas. En los adolescentes, el uso excesivo de redes sociales u otras aplicaciones puede conllevar un aumento de peso severo, engrosando el número de obesidad infantil en España (ahora se sitúa en un 19% en niños y un 17% en niñas). Sumado a que cada vez los menores reemplazan más las actividades físicas por pantallas. Sin dejar de lado el aislamiento social provocado por el ciberbulling, que el 12% de niños entre 6 y 16 años ha sufrido. El Colegio Nacional de Ópticos-Optometristas intuye que en 2020 el 33% de adolescentes tendrá miopía. Quizás deberíamos tener un uso inteligente de estos aparatos y no dejarnos llevar por aparatos inteligentes.