Tengo 17 años y no puedo votar, y antes de las elecciones tenía miedo, miedo de que no quería despertar en el 29 de abril de años atrás, en vez de en 2019. Miedo no solo de las mentes más antiguas, miedo de los jóvenes que defienden unos valores de los que hace años mis abuelos se consiguieron librar. Afortunadamente no ganó la homofobia, el racismo o la desigualdad. Ganó la igualdad, el progreso, la tolerancia y la diversidad. Ganan los que tienen menos, para los que más tienen puedan ayudarles, porque si fuera al revés, los que tienen menos serían los que no tienen nada. Ganan los servicios públicos, ganan las ayudas. Ganan todos y todas las que ya lucharon porque el fascismo no pasara. Ganan las minorías, gana el feminismo, ganan los que luchan por sobrevivir, ganan los que más lo necesitan. Ganamos todos.