En la mayoría de cuentos, para construir el nudo se precisa de un enfrentamiento entre dos o más actores, normalmente el bien contra el mal y, en dicho género, los malos suelen mentir con descaro, montar bulla e idear estrategias retorcidas para salirse con la suya. Desgraciadamente, la política parece haberse convertido en un cuento infantil. Tres agresivos partidos conservadores han montando numeritos, inventándose monstruos para sus nudos y promoviendo constantemente el enfrentamiento con el objetivo de desgastar al Gobierno y demás opciones políticas. Mientras, los ciudadanos de a pie, observamos con estupor tales actuaciones cuentistas -por cierto, muy bien remuneradas-, que entorpecen inexorablemente tanto la capacidad del ejecutivo como la del legislativo. Da igual las medidas establecidas por excelentes que sean, la oposición resulta destructiva y arrolladora; en definitiva, parecen los malos literarios. Señorías, por favor, trabajen para conseguir la paz social y el estado de bienestar y déjense de cuentos.