Aunque las nuevas tecnologías e Internet han abarcado la mayoría de sectores, la interacción que nos aportan estas nuevas herramientas digitales no se encuentra tan normalizado en ámbitos tan importantes como el de, por ejemplo, la educación. Es verdad que muchos colegios, institutos y universidades privadas han hecho la transición a un nuevo tipo de aula, un aula virtual que les permite ofrecer un tipo de educación propio del siglo XXI y que conecta directamente con los más jóvenes. En cambio, no encontramos ese proceso de digitalización en la educación pública, que se está quedando atrás en un panorama comunicativo donde la interacción se ha vuelto el factor clave que mantiene a la sociedad interesada. Actualmente, las nuevas generaciones nacen rodeados de dispositivos tecnológicos que son parte tanto de su entretenimiento, como de su fuente principal para informarse e interaccionar con personas que consumen sus mismos productos culturales. Por lo que, en mi opinión, considero que es de carácter esencial apostar por introducir estas herramientas digitales en las aulas, lo que generará una mejor sinergia entre profesorado y alumnos.