A más de uno le sorprendió el discurso que la joven activista ecológica Greta Thunberg en la Cumbre del Clima celebrada en Nueva York. Según Greta, parece ser que la culpa del deterioro del planeta la tienen los mandatarios de los países más desarrollados y que el resto de la humanidad, sobre todo los jóvenes, solo son víctimas de los intereses económicos de unos pocos irresponsables. Aquí pasa como en la mejora de la calidad de educación. Nos quejamos de lo mal que está todo, y justificamos nuestra ineficacia, nuestra dejadez e inoperancia, con un único argumento: hasta que no se firme un pacto educativo entre todas las fuerzas políticas, nada se puede hacer por mejorar lo presente. ¿Cómo que nada se puede hacer? Afirma Greta que los poderosos del mundo le han arrebatado su recién iniciada juventud. Y sí, hay que quejarse, pero no hasta la extenuación. Los jóvenes han de reservar fuerzas para poder andar, ir en bicicleta, agacharse y acercarse a una papelera, llevar el plástico y el vidrio a sus correspondientes contenedores, dejar el wáter público más limpio de como lo encontraron, visitar a sus abuelos... Si un joven se preocupa por portarse bien en todos los campos de su actuación diaria, es más que seguro que también estará poniendo su granito de arena en el afán por frenar el cambio climático. Los poderosos del mundo nada hacen por cuidar la naturaleza, ¿y tú haces algo o solo te quejas?