Aunque los independentistas lo pretendan, Cataluña no es Ecuador. El Gobierno de Lenin Moreno decidió subir los impuestos y los ciudadanos más humildes han dicho basta. Su indefensión es tal, nada tienen que puedan perder, que no han dudado en hacer uso de la violencia para obligar al Gobierno a rectificar. Están dispuestos a perder su vida por recobrar la dignidad que se les niega al relegarles a la pobreza extrema. Pero Cataluña no es Ecuador, y aunque la sentencia del Supremo contra los políticos independentistas les parezca una injusticia suma, la ciudadanía sí que tiene mucho que perder si se manifiesta con violencia o si se declara en huelga indefinida. Por eso solo unos pocos, los que se encuentren en el paro o en trabajos precarios, estarán dispuestos a usar la violencia y a perder su paga y su libertad. Porque ya les gustaría a la mayoría de ecuatorianos vivir tan solo la mitad de bien de como lo hace la burguesía catalana. ¿No creen?