Leí, de Juan Vicente Booma, corresponsal en el Vaticano, y a Victoria Isabel Cardiel sendos artículos donde describen ambos minuciosamente el «Sínodo de la Amazonia», en el que se pide al Papa la ordenación sacerdotal de hombres casados, la ampliación de los ministerios laicales, abriéndolos todos a las mujeres, creando uno nuevo de «mujer dirigente de la comunidad». Se quejan de no recibir la visita de sacerdotes en varios años, que personalmente me sorprende, pues los misioneros están en todas partes del mundo. Plantean en perspectiva misionera cuatro conversiones: pastoral, cultural, ecológica y sinodal. Ante todo ello, pienso que la base de nuestra religión católica está clara bien fundamentada en la Resurrección de Cristo, y respecto a la institución del sacerdocio que fue instituida a través de los discípulos que tuvo Jesús en la última Cena, y que les alentó a predicar en el mundo. Lo contemporáneamente en el siglo XXI, como parece queriendo cambiar las raíces del cristianismo, con el Sínodo amazónico, me hace dudar de su realización. Si el Papa Francisco lo suscribe me dejará reconfortado.