Una de las problemáticas recurrentes entre los jóvenes que ya hemos acabado o estamos a punto de acabar los estudios es el hecho de independizarnos, de volar solos. Independizarse de casa es algo insólito que da pavor por si no sabemos gestionarlo todo nosotros mismos, pero a la vez ofrece una sensación de excitación y entusiasmo porque es un gran paso hacia la vida adulta. La pregunta es; ¿cuándo podemos hacerlo? Con el sueldo de principiantes podemos vivir justitos y el pensar en irnos de casa como un hecho inminente, nos crea una situación de estrés. La solución es tomárnoslo con filosofía y calma, para irnos de casa cuando se pueda. Obviamente, no sucederá sin esfuerzo, pero con él, se puede conseguir culminar la vida adulta con un piso propio al que podamos llamar hogar.