Si la Justicia consiste en dar a cada uno lo que le corresponde, la generosidad será ir más allá y colmar con creces lo que nos es merecido. Por eso, cuando el nuevo Gobierno de España afirma que va a aumentar hasta un 5% del PIB el presupuesto dedicado a la Educación, nos quiere vender una generosidad que no es tal. Solo podemos hablar de propaganda y del mantenimiento de una ideología progresista que trata de beneficiar a la escuela pública. Este nuevo Gobierno atenta contra la justicia, contra el derecho que toda familia tiene para elegir en libertad la educación que desea para sus hijos, pública o privada. Si solo prevalece un tipo de educación, la escuela pública y laicista, desaparece la libertad. Para que exista, las familias sin recursos también han de poder elegir. Este Gobierno nos quiere vender una generosidad sin justicia, una falacia dictatorial que se asemeja a aquel otro totalitarismo que adormecía a sus súbditos con «circo y pan».