No sabe bien quien es la chica que le sonríe, aprieta fuertemente su mano y la acompaña, pero lo que sí que sabe es que es una persona importante y con la que puede confiar en este mundo extraño que ya no comprende.. Una tiene veintitantos, la otra casi noventa, no parece que tengan nada en común, pero son nieta y abuela y precisamente por eso pueden darse mucho. La joven encuentra sus raíces, la abuela recibe el último aliento juvenil que le acompañará en esta vida. Los padres somos importantes, sin lugar a dudas, pero los abuelos les pueden dar un plus a nuestros hijos. La vida va mucho más allá de la lógica y la desborda, y moldea el presente y el futuro con un halo que sólo intuimos pero que no llegamos a comprender. Alba y Rosa, dos mundos tan diferentes y tan iguales...