En estos días hemos podido presenciar el nombre de Gloria en distintos aconteceres. Si bien este fin de semana a algunos les ha sabido a ese nombre la cantidad de premios que ha recibido la película de Pedro Almodóvar, no nos podemos quitar de la cabeza los estragos que ha causado la borrasca que ha desatado el temporal bautizado con ese nombre de mujer. Después de la tormenta viene la calma, pero en este caso lo que nos deja es más bien incertidumbre. Mucha gente se pregunta ¿y ahora qué?, desgraciadamente la mayoría de los que cuestionan el futuro son los afectados de ahora. Para avanzar, esta pregunta también la tendríamos que compartir las personas que hemos salido indemnes de este temporal. No nos tenemos que comportar como meros espectadores de una película de catástrofes, ya que la próxima ocasión podemos ser nosotros las víctimas directas, los desaparecidos, los perjudicados. Indirectamente ya lo somos. En la Comunidad Valenciana el 12% de la superficie construida se encuentra en zonas potencialmente inundables. Por ese motivo, señora directora, deberíamos exigir a nuestros gobernantes que se esmeren en aplicar medidas preventivas frente a otro futuro temporal. Porque parece que ni el avance tecnológico ni la concienciación actual frente al cambio climático podrían evitar la pérdida de bienes materiales o lo que es peor, de vidas si no trabajamos de manera específica en ello. No nos queda otra que avanzar en prevención para poder amortiguar los desastres que genera una naturaleza eternamente desatada que nunca dejará de manifestar su supremacía.