En la cadena de TV2 ponen un buen cine en blanco y negro, ese tan especial y que nos subyugaba cuando veíamos la película y el desarrollo de las secuencias, con una magnífica fotografía y un manejo de la cámara con gran profesionalidad. Viendo las películas que están poniendo de forma habitual, he recordado una muy intrigante y que se presenta como director y actor a Orson Welles, titulada La Dama de Shanghai (1948), que me gustó por lo bien que se rodaron sus escenas y que producían una atmósfera de amenaza, en ese laberinto en que se movían sus personajes. Rita Hayworth en el papel de Elsa Bannister, Orson Welles en el marinero Michael O'Hara, Everett Sloane en el papel de Arthur Bannister. Un trío que se mueve, a través de la propia narración de Michael O'Hara. Se desarrollan escenas angustiosas, planos extraordinarios, luces y sombras que fortalecen las escenas de blanco y negro. Es como una danza a tres cuyo ritmo está magistralmente controlado por su director Orson Welles. Escenas miméticas en el espacio negro de Chinatown, y con la dama de Shanghai magistralmente interpretada por Rita Hayworth y con la atmósfera asfixiante de siempre de una amenaza indeterminada, va llevándonos a un inesperado suspense negro.