290.000 ilusiones penden ahora de un hilo sujeto por el Coronavirus. Este virus que ha parado en seco el sistema educativo y como consecuencia, la EVAU. Algunas soluciones optan por anular la prueba de acceso a la universidad. Sin embargo, se cometería un agravio comparativo, pues el nivel en las distintas comunidades y entre colegios no es equivalente. Otras propuestas pasan por no prescindir, sino aplazar. No obstante, esta medida que parece correcta, tiene un inconveniente. Al no saber el tiempo de confinamiento, no es posible establecer una fecha. Además, si esto se extiende y se fija la prueba para comienzos del curso próximo, significaría la imposibilidad por falta de tiempo de realizar una segunda convocatoria. La última solución es rebajar la materia curricular, lo que podría resultar una opción adecuada debido a las circunstancias. Sin embargo, en este caso, habría que tener en cuenta que la ley marca el contenido, no el orden. Es posible que colegios hayan dado el temario que se va a suprimir y hubiesen de dar el temario en un par de meses. Entonces, ¿sería viable?

Es una decisión complicada, pues existen perjudicados e injusticias. Hay 290.000 futuros esperando una solución que tiene aún muchas preguntas sin respuesta.