El desarrollo espiritual está en pleno auge y yo que me alegro, pero creo que es un error usar la espiritualidad para no enfrentarnos a nuestro dolor o evitar ver el lado oscuro de nuestra personalidad, el arquetipo de la sombra al que se refiere Jung.

Muchos coaches y gurús basan su método en exagerar lo positivo y en infundir un sentido de superioridad hacia otras personas ajenas al mainstream de la espiritualidad, obviando que la vida también se compone de emociones como la tristeza o el miedo, que pueden enseñarnos mucho de nosotros mismos. Las personas que siguen este camino espiritual se hallan en una difícil situación, puesto que todo lo que se percibe como oscuro se rechaza, así que no les queda otra que mostrar su mejor cara tapando el dolor que, en ocasiones puede llegar incluso a ser corrosivo.

El maestro budista y psicoterapeuta John Welwood lo llamó "Bypass espiritual" y lo describió como una tendencia a usar ideas y prácticas espirituales para evitar o enfrentar problemas emocionales no resueltos, heridas psicológicas y tareas de desarrollo inacabadas.

Desatendiéndonos de esa manera, dejamos que las heridas sigan creciendo en la oscuridad y nos encerramos en nuestra propia jaula. No creo que haya un único camino, pero creo que todos pasan por el mensaje de la famosa inscripción del templo de Delfos "Hombre, conócete a ti mismo, y conocerás el universo y a sus dioses" y para eso hay que pasar por luces y sombras.