En estos tiempos tan difíciles, donde abundan las malas noticias como la cantidad de muertes diarias, los contagiados, hospitales llenos, falta de material para que se protejan los que tienen que protegernos, personas que han perdido su trabajo, dirigentes que no luchan unidos€., y, a pesar de tantas y tantas cuestiones negativas, sigo creyendo en el futuro.

Cuando participo en los aplausos de los balcones, cuando veo a miles de personas que anteponen su salud por ayudar a los demás, cuando entre los amigos nos damos ánimos para no caer en la tristeza, veo que merece la pena seguir luchando para salir de esta situación.

Que vamos a salir, es seguro, lo que no sabemos es cómo. Al menos, espero que lo que estamos viviendo sirva para aprender a construir un mundo mejor, donde no escatimemos en dar a los médicos los medios que necesitan; que los niños y jóvenes podamos tener los medios necesarios para formarnos; que aprendamos que es mejor fabricar en nuestro país el material que es necesario para nuestra salud y no llevar las fábricas a lugares en los que se produce más barato, a veces a costa de explotar a los niños; que se ayude a los científicos a hacer su trabajo, porque de ello puede depender nuestra vida en un futuro.

Por todo ello, me gustaría que aprendiésemos de los errores cometidos y afrontar el futuro de una forma más solidaria.