La Consejería de Educación, Cultura y Deporte de la Generalidad Valenciana ha organizado recientemente un curso a distancia bajo el título de "Solidaridad y Derechos Humanos. Aprendiendo a Enseñar contra el Odio y el Racismo (Judeofobia, Islamofobia y Palestina-Israel)" para ser impartido desde el día 8 al 28 de Junio del presente año y dirigido fundamentalmente a personal docente no universitario con destino en centros públicos o privados-concertados de la Comunidad Valenciana.

Hasta ahora, nada que objetar.

Lo sorprendente de este curso es que iba a ser dirigido e impartido por miembros de una organización antisemita, así catalogada por resoluciones institucionales de varios países con democracia plena, lo que ha dejado perplejos a multitud de instituciones y organizaciones nacionales y extranjeras, siendo noticia en varios medios informativos internacionales y choca que no lo haya sido en medios locales, tanto españoles como valencianos.

Una vez más (no hay más que recordar el incidente antisemita ocurrido en el verano del año 2015 durante la actuación del cantante estadounidense Matisyahu en el Festival Rototom en Castellón) esta misma organización, el "BDS País Valencia", ha vuelto a dejar en ridículo y en entredicho en el ámbito internacional a la Comunidad Valenciana, con el agravante de que en esta ocasión ha sido con el consentimiento de la Consejería de Educación, Cultura y Deporte de su actual gobierno formado por la coalición de PSOE, Compromis y Unidas-Podemos.

Es lamentable que la Comunidad Valenciana adquiera fama fuera de nuestras fronteras por ser considerada un reducto antisemita dentro de la Unión Europea y no por otros motivos más dignos que sin duda tiene, y esto es debido a los escasos titulares de prensa que hacen referencia a ella en medios internacionales.

Este curso ha sido finalmente cancelado después de las presiones ejercidas fundamentalmente por miembros del Partido Ciudadanos y las denuncias de varias organizaciones y artículos de prensa algunos nacionales y sobre todo internacionales; pero la Consejería encargada de patrocinar este curso no reconoce estos motivos asegurando y haciendo creer a la opinión pública que fue suspendido por "problemas técnicos y de restructuración", echándole la culpa, cómo no, a la crisis del coronavirus. Todo menos admitir las verdaderas razones y no rechazar y condenar las intenciones de este grupo antisemita que fomenta el odio y la discriminación hacia los judíos, lo que podría sugerir cierta connivencia con sus objetivos y actuaciones.

Lo lógico y coherente sería saber quiénes han sido los responsables de la convocatoria de este curso, pedirles explicaciones al respecto y exigir su cese o dimisión por un simple motivo: contratar a un movimiento que fomenta el odio y la discriminación (así lo corrobora varias sentencias de tribunales españoles) para impartir un curso que, ahí viene lo macabro, tiene en su título "enseñar contra el odio y el racismo".