Las grandes empresas farmacéuticas americanas está invirtiendo mucho dinero, que lo tienen, para descubrir la vacuna que será, como no, un gran bien para la humanidad pero un negocio muy, pero que muy grande para ellas. El dirigente de China y de Francia han propuesto que susodichas vacunas sean un bien disponible para todos los países en vías de desarrollo. Es una opción que nos beneficiará a todos por las consecuencias subsiguientes de la mayor paralización del virus a nivel mundial, incluso a nivel estadounidense, pero, ahy! ¡que gran perdida de tan gran negocio que supondría la perdida de la patente y la trasmisión gratuita, aun a precios de las rebajas, la puesta al servicio de la mayoría de los países a nivel mundial de ella. Y yo me pregunto, ¿ Trump, los EE.UU lo aceptarán?. Me es una pregunta difícil por dos razones. La primera es por no saber la diferencia entre la cercanía de conseguir una vacuna fiable por los EE.UU o otros países digamos europeos y la propia China y la segunda, me invaden los perjuicios relativos a un país cuyo mercado libre es la base de su potencialidad. No se la capacidad que tendrá la OMS de imponerse a los intereses de los propios países y conseguir que la vacuna llegue a cualquier lugar del mundo.