Viendo la actuación de los dirigentes de la Comunidad de Madrid y sin querer justificarlos, me ha venido a la memoria una gran película de los años cincuenta del siglo pasado, «El mar no perdona», protagonizada por Tyrone Power, en la que en un bote de náufragos hay más de estos que plazas para los mismos, el capitán va decidiendo a lo largo de la película quién debe de abandonar el bote en base a la posibilidad de supervivencia. No voy a desvelar el final (no me gusta la palabra spoiler) pues puede haber alguién que la quiera ver, pero a veces por una falta de previsión (sanidad recortada), gastos fastuosos y absurdos, demasiados supersueldos a gente que no hace otra cosa que decir lo mal que lo hace el otro (los políticos sea cual sea su signo y estén o no en el poder), se toman decisiones que van a dar cuerda para que se ladren otra vez los unos a los otros. Mi recuerdo a los fallecidos, sin minutos de silencio que solo son paripés de cara a la galería, el dolor se lleva dentro.