Pepe Beltrán, Almassora

La última jornada fue el mejor resumen de las fiestas de la Mare de Déu del Roser. Ha sido tanta la juerga y la participación que hasta bien entrado el domingo eran pocos los que se aventuraban a enfrentarse con el sol. Almassora estaba descansando después de nueve días de celebraciones, de manera especialmente intensa durante el fin de semana, que encontraban anoche su colofón con el castillo de fuegos artificiales que disparaba la pirotécnia Hermanos Caballer con el patrocinio de la Autoridad Portuaria de Castelló.

Poco a poco han ido pasando los días, entre música, reuniones gastronómicas y toros. Una apretada agenda para aquellos que pretenden acceder a todos los actos posibles del programa de fiestas. Una ardua tarea de forma especial durante el sábado por la noche. Los aficionados taurinos tuvieron cumplido protagonismo con la embolada del bizco de Cebada Gago, patrocinado por el ayuntamiento, y después con el ejemplar de El Romeral que patrocinaba la Penya la Colla.

Completado el calendario taurino queda ahora el más polémico de las votaciones al mejor toro, la mejor salida, la mejor presencia, la mejor embolada y la embolada más rápida, que se librarán el próximo sábado.

No menos intenso era el apartado musical este fin de semana. Los más mayores se deleitaron en el Mesón del Vino con los Mustang, y los más jóvenes en el Recinte de la Marxa con los hermanos Auserón, ex Radio Futura, que congregaron a más de mil espectadores, que después se multiplicaron ya de madrugada cuando se abrieron las puertas y la entrada fue libre.

El paso de las horas y la llegada del alba tampoco parecían mermar las ganas de fiesta, que quedaron de manifiesto hasta el último momento. Miles de almazorenses y no pocos visitantes habían inundado las calles de la ciudad para disfrutar hasta el último minuto de los actos del programa del Roser, hasta que el sol envió a cada uno a sus camas.

La jornada dominical tenía ayer un marcado componente político con la celebración del Día de la Comunidad Valenciana, que en Almassora se redujo a la ofrenda floral frente al monumento del Rei en Jaume, en la plaza del mismo nombre, y después al busto de Pere Cornel, a cargo de la Asociación de Moros y Cristianos de la localidad.

Mientras los más jóvenes se recuperaban de unas fiestas que se recordarán por su elevado nivel de participación, el programa se reducía a actividades deportivas de lo más variado (pesca, bicicleta, frontenis y fútbol), hasta que mediada la tarde la plaza de España reunió a buena parte de la población en torno al espectáculo de fin de fiestas, que de un tiempo a esta parte corre por cuenta de la academia de baile Bougi$27s, con exhibiciones de bailes deportivos de competición, ritmos caribeños, y rock acrobático con la participación de los campeones del mundo de dicha modalidad, Mónica y David.

Después, el Correfocs y el castillo de fin de fiestas ofrecieron el mejor corolario posible, ya con el cuerpo agotado pero la mente y el espíritu puestos ya en el año que viene y las fiestas de Santa Quitèria 2006.