Joan Mestre, Castelló

Los técnicos municipales y representantes de Patrimonio de la Diócesis de Segorbe-Castelló y de la Conselleria de Cultura confirmaron ayer que el mal estado de las vigas de madera provocó el derrumbe del techo de una de las naves laterales de la Sagrada Familia, que no causó daños personales, pero obligó a desalojar a 14 residentes de un edificio como medida de precaución. El concejal de Servicios Públicos, Javier Moliner, y el vicario de Patrimonio, Vicente Borja, aseguraron que no tenían constancia de la existencia del estado en que se encontraban las vigas así como de la aparición de grietas; mientras, los vecinos contradecían esta versión, aseguraban que «el ayuntamiento o el obispado» había realizado una revisión de la nave y afirmaban que había tapado varias fisuras aparecidas en la fachada.

José Tomás, uno de los desalojados de la vivienda situada en la calle Jovellanos 32, relataba, acompañado de su mujer (embarazada de 6 meses y que sufre contracciones tras el susto sufrido), que hace un año, técnicos municipales se personaron en la parroquia con una perforadora y un camión pluma, llevaron a cabo tres catas para estudiar la compactación del terreno y el estado de las fachadas, taparon una serie de grietas de la parte trasera de la capilla, «y dieron por finalizada su revisión sin encontrar grandes deficiencias en la estructura», añadió Tomás.

Esta opinión, compartida por todo el vecindario, era corroborada en la noche del domingo por el párroco de la Sagrada Familia, Francisco Pastor, y por el edil del Bloc, Antoni Porcar, quienes aseguraron que el ayuntamiento estudiaba desde antes del verano la aparición de dos grietas en una esquina de la misma parte afectada y había realizado, al respecto, dos informes sobre los posibles riesgos. Ayer mismo aún se podían apreciar unas marcas de agujeros y fisuras en la fachada derrumbada.

Pese a todo ello, el edil de Servicios Públicos y Urbanismo, Javier Moliner, y el vicario de Patrimonio y Economía del obispado, Vicente Borja, afirmaron que no tenían constancia de la existencia de las citadas grietas ni de supuestas revisiones sobre el estado de la estructura de la capilla.

El ayuntamiento, según Moliner, tampoco conocía la situación de las vigas, que afectadas por termitas, se resquebrajaron, arrastraron el muro de carga y provocaron finalmente el derrumbamiento.

Respecto a las labores de reconstrucción, el concejal señaló que ya se han retirado todos los bienes de la capilla que «se encuentran en perfecto estado», pero subrayó que la zona permanecerá acordonada y se impedirá el uso del edificio a los fieles «hasta que no existan informes técnicos que garanticen el buen estado de conservación del mismo».

Cabe destacar que la Sagrada Familia (levantada a finales del siglo XIX) es un bien catalogado y protegido, a excepción de la capilla lateral que se ha derrumbado, que fue construida en los años 50 del siglo XX, por lo que quedó fuera de la catalogación al no disponer del mismo valor patrimonial que el resto del edificio.

Moliner resaltó, asimismo, que será la diócesis de Segorbe-Castelló (titular de la parroquia) la que se hará cargo de la financiación de las obras necesarias para rehabilitar la iglesia, aunque el vicario anunció que el obispado tiene previsto pedir ayuda económica a las diferentes administraciones.