Ramón Pardo, Castelló

La apertura de los parques eólicos en las comarcas del Maestrat y Els Ports ha propiciado la muerte de 168 buitres leonados, además de otras aves rapaces y de menor tamaño que han sucumbido, algunas descuartizadas, por el impacto contra los mástiles de los aerogeneradores o contra las imponentes aspas de los mismos, a pesar de que algunas han sido pintadas con rayas, tipo cebra.

El águila culebrera, el milano, el cuervo, el cárabo, el halcón abejero, el cernícalo y hasta una paloma torcaz se han sido sumando a la lista de aves víctimas de los parques. Y así hasta totalizar las más de 190 aves muertas en poco más de año y medio desde la entrada en funcionamiento de los parques eólicos.

Esta elevada tasa de mortandad hace plantear a los colectivos ecologistas castellonenses la adopción de medidas urgentes para preservar la avifauna que nidifica en el interior de la provincia y que ha permitido la recuperación del buitre y del águila. Una tarea que, apuntan, puede venirse abajo por la decisión de colocar los parques eólicos en las cercanías del hábitat de las rapaces.

Desde el Grup d'Estudi i Protecció dels Rapinyaires (GER)-Ecologistas en Acción se alerta de que "este tipo de muertes de aves son frecuentes, aunque no en la misma magnitud, en provincias con parques eólicos en funcionamiento como Navarra y Cádiz".

El GER apunta también que la ubicación elegida para los parques afecta al territorio de rapaces protegidas "y es que los aerogeneradores se han colocado, en algunos casos, en las cercanías de las colonias de estas aves carroñeras".

Los ecologistas consideran que los impactos contra las aspas de los aerogeneradores o contra los cables de alta tensión constituyen la primera causa de las muertes de los buitres".