Juan José Benito, Vinaròs

-¿Qué necesidades tiene la zona turística norte?

-Necesidades hay muchas, pero las podemos resumir en dos áreas, servicio y urbanismo. Se están haciendo muchas cosas por parte del ayuntamiento pedidas por la asociación. Así, se han puesto nombre a las calles y se han duplicado las islas de contenedores para la recogida selectiva. Con lo que no estoy de acuerdo en con las bandas que han puesto en las calles para que la gente no corra. Pienso que se debería haber puesto un radar. Además, la policía debería patrullar mucho más por esta zona. En cuanto al urbanismo hay mucha cosa para hacer y ahora el momento es muy importante si el ayuntamiento lo sabe aprovechar, dado que la construcción está de baja. A parir de aquí, se podría reorganizar todo lo que queda por urbanizar en la zona norte.

-Desde la Avenord se opusieron al llamado supervial proyectado por el ayuntamiento. ¿Por qué?

-Creíamos, y seguimos creyendo, que no es el momento oportuno de hacerlo. Lo que el ayuntamiento debe hacer es reconvertir todo lo que es la zona norte. El consistorio supeditaba el supervial a desarrollar todos los PAI de la zona norte y creemos que no es el momento de desarrollarlos por varias circunstancias como que la construcción está parada y los pagos por parte de los propietarios de los terrenos serían muy elevados. Nosotros no estamos en contra del supervial dado que lo consideramos imprescindible para pasar todos los servicios necesarios para la zona norte. No tanto como comunicación, ya que si no pasa nada la N-340 se convertirá en unos tres años en una avenida del pueblo. Que quede claro que no estamos en contra del supervial, sino en contra de cómo se quería hacer.

-Pero la asociación también pedía que esa avenida fuera más estrecha...

-Sí, se debería estudiar, ya que sólo recortando cinco metros al supervial en todo lo largo son en total unos 50.000 m2 que se podrían poner en otro lado, destinarlo para algún dotacional o zona verde.

-A través del colectivo se quiso poner orden a la duplicidad del nombre de las calles pero aún así continua siendo difícil localizar una calle.

-Pues sí, la verdad es que continúa siendo complicado, aunque se quería resolver con cuatro paneles con el callejero.

-Algunos nombres suenan extraños, ¿no?

-El quitar la duplicidad de calles nos llevó a poner nombres de peces, partes de barcos, artes de pesca o islas del Mediterráneo. Algunos nombres sí que nos suenan extraños ya que quizás aquí lo conocemos de otra manera.

-¿Cual es su posicionamiento respecto al proyecto Castor?

-Pronunciamiento oficial de la asociación no lo hay, es más bien una valoración mía. Mi opinión es favorable por varios motivos. Por un lado, después de ponernos en contacto con hospitales de la zona de Bermeo, donde hay una planta similar, nos dijeron que no existen más casos de cáncer, ni ninguna enfermedad, por lo tanto, no creo que la planta de gas pueda hacer daño a nadie. Además, ni Greenpeace, ni ninguna otra entidad ecológica se ha manifestado en contra. En la visita que hicimos a Bermeo, por lo que pudimos ver y nos enseñaron, no apreciamos ningún tipo de peligro. Las gente con la que hablamos ni siquiera se da cuenta de que existe una planta de gas. Por último, una de las cosas más importantes es que pueda dar trabajo y en la planta de Bermeo trabajan alrededor de 80 personas. Si hay gente de Vinaròs que puede trabajar en la planta que se quiere instalar aquí y con una buena remuneración, es importante.