Nacho Martín, Castelló

Corría un domingo de 1978, año de la Constitución. Sonia Aparici disimulaba con su pañuelo una lágrima antes de tomar aire y verse obligada a llamar al pueblo de Castelló a cerrar una de las semanas más inolvidables de su vida: Magdalena, Vítol!

Rafael Alberti nos enseñó que el mar "no es esa ola que acaba, sino la que va a empezar". Y esta lección fue bien aprendida por Sonia Aparici, que 31 años después, y cuaresma tras cuaresma, sigue disfrutando y viviendo con intensidad esa semana tan especial en la colla Amigos del Caminàs.

Aunque a simple vista podría pasar inadvertido, un repaso a las fotos de la pared hace evidente que aquella adolescente imagen en blanco y negro (con un grabado que indica "reina de las fiestas 1978") tiene los mismos ojos y el mismo rostro de la amable mujer que nos está contando la historia del colectivo. "Como puedes ver, esta es una colla que destaca por haber tenido muchas reinas -explica con una sonrisa-. De hecho, este año la reina de las fiestas es de nuestra colla". Y sí, la foto de María Mulet (reina de las fiestas 2009) acompaña otras cinco imágenes en homenaje a reinas que pertenecen a la colla -María José Peña, 1990, Sonia Aparici, 1978, Clarinda Blasco, 1977, Pilar Pascual, 1979, y María Calabuig Pascual, Na Violant d'Hongría 2006. Amigos del Caminàs, presidida por Pedro Calabuig, destaca por su participación en actividades culturales y gastronómicas. El concurso de paellas, el Pregó, les mascletaes y la "pujada" a la Magdalena son algunos de los platos fuertes de la fiesta a los que los miembros de la colla no quieren faltar.

La privilegiada ubicación del local, en pleno corazón del centro histórico de la ciudad, permite a este grupo de amigos abrir sus puertas a la fiesta de la calle, sin duda una de las señas de identidad de la Magdalena.

Uno de los días grandes de la semana fue el martes. Más de sesenta personas se congregaron a comer con la presencia de la reina de las fiestas, María Mulet. Es día de invitados y entre ellos destaca Toni El Figuero, cuya presencia es tal vez una de las más esperadas de la sobremesa.

La expectación no se debe sólo al aprecio y la amistad que le profesan en la colla, lo cual no se pone en duda, sino más bien al delicioso aroma que desprenden las figues albardaes que Toni trae recién hechas con el ánimo de endulzar la sobremesa.

Pocas figues de la capital de la Plana pueden compararse a la sutileza de las que elabora artesanalmente Toni El Figuero, y eso lo saben muy bien los Amigos del Caminàs. Durante la sobremesa, una mirada indiscreta a la decoración evidencia el compromiso de la colla con el mundo cultural y religioso que envuelve a las ermitas de nuestra ciudad. Entre ellas destaca la de Sant Cristòfol, que fue pagada y construida por la colla para orgullo de todos sus asociados.