N. Martín, Castelló

Al margen de actos protocolarios, gaiatas, procesiones solemnes, noches interminables y litros de vino andantes circulando por las calles, las fiestas de la Magdalena tienen como protagonistas estrella a los más pequeños en todos los sentidos de la palabra.

De un lado, los niños de corta edad. Del otro, los infantes grandes que, algunos sin que exista todavía explicación científica de por qué, consiguieron entrar dentro de la categoría social de adulto. Tanto unos como otros disfrutaron ayer de la tarde infantil que organizó la colla La Masovera dentro del programa de Festes Alternatives i Populars. Xocolatada y juegos de calle tradicionales volvieron a llenar de vida la calle Alloza (el carrer d'amunt) para disfrute y emoción de los más pequeños y, como decíamos antes, de algunos que ya pasaron la infancia y pertenecen más bien a la generación de La bola de cristal y Barrio Sésamo. Sambori, carreras de sacos, el juego de la sillita y el pañuelito hicieron las delicias de todos y todas.