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El despliegue de un centenar de militares por el corazón del paraje natural del Desert de les Palmes generó ayer la alarma de los vecinos de la zona, que se encontraron a media tarde con personal «armado con metralletas» en diversos accesos del enclave sin previo aviso. «Para entrar en nuestra propiedad nos han tenido que autorizar el paso y, a nuestras preguntas de qué estaba pasando, se han limitado a decirnos que están de maniobras», señalan los vecinos.

Los militares, que tenían previsto pasar la noche en la caseta del forestal próxima al Bartolo, acudieron al espacio protegido con vehículos pesados que, según denunciaron ayer algunos residentes, «están accediendo por caminos donde está prohibido circular con vehículos a motor».

La presencia militar en este pulmón verde de Castelló y su autorización era hasta ayer una incógnita, pero para la plataforma Salvem el Desert una «más que posible ilegalidad». Al respecto, recuerdan que el Desert de les Palmes se regula por el Plan Rector de Uso y Gestión (Prug) del paraje natural, aprobado por decreto del Consell en mayo de 1995. Esta normativa es muy clara en el artículo 26, donde se recoge de manera textual que «se prohíbe la realización de todo tipo de maniobras de carácter militar y ejercicios de mando salvado en aquellos supuestos que contempla la Ley 4/1981 de 1 de julio, que regula los estados de alarma, excepción y sitio».

Por todo ello, desde Salvem el Desert señalan de manera irónica que «no nos consta de que el país esté en estado de excepción, por lo que alguien debería explicar y aclarar qué hace un centenar de militares haciendo maniobras, acampando y utilizando vehículos pesados en un paraje protegido».

Desde la plataforma insisten en que «hay que pedir responsabilidades, y la primera es exigir la dimisión inmediata del director territorial de Medio Ambiente, ya sea por desconocer que se está realizando esta operación militar como por haberla autorizado».

En esta línea, destacan que un despliegue del ejército «tan escandaloso como éste», por el número de medios humanos y de maquinaria que hay en la zona, «pensamos que debería haberse puesto en conocimiento el subdelegado del Gobierno en la provincia, así como al alcalde de Benicàssim y de los municipios integrados en la Junta Rectora». Si es así, «habrá que preguntarles si es legal o no esta presencia militar», señalan las mismas fuentes

Propiedades privadas

Los vecinos consultados por este diario insisten en que «nadie nos ha avisado de la presencia del ejército, y a nadie le gusta encontrarse de sopetón con un militar metralleta en mano en el camino que da acceso a tu casa». Al margen de entrar a valorar «si es legal o no que se haya producido este insólito despliegue», los residentes han comentado casos particulares, como el de «un vecino al que le han invadido su propiedad privada al dejar un vehículo en un campo de almendros». Más llamativa, cuanto menos curiosa, es la experiencia de otro de ellos, que se ha encontrado con «señales con colores fosforescente» en parte del cercad0 de su vivienda.