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A los buitres poco les importa comer en Cantavieja (Teruel) o en Sorita (Castelló) ya que no conocen de fronteras administrativas. Los humanos que les alimentan con cadáveres sí entienden de poner puertas al campo. Por eso se ha dado el caso en el que en Teruel se alimentaba a las aves carroñeras y en Castelló no, o a la inversa. Quienes padecen estas diferencias administrativas son los ganaderos que, en casos como el que se produjo el pasado lunes en Sorita, sufren el ataque de las aves carroñeras hambrientas.

Con el objetivo de de unificar la normativa de alimentación en todo el Estado el Ministerio de Medio Ambiente, Rural y Marino ha presentado un estudio con las directrices técnicas para alimentar a las aves necrófagas, como buitres o alimoches con la meta de que, a partir de 2011, todas las comunidades -que ya tienen en la mesa el documento- sigan los mismos criterios de alimentación.

En el caso de los buitres que atacan a ganado en Els Ports, un buen número de ejemplares procede de Teruel, donde la población es más numerosa. Recientemente, en Els Ports se han habilitado dos nuevos muladares en Sorita y Vallibona. Según los ganaderos "no hay criterios claros para alimentar a los buitres. Hay semanas en las que llevan 700 kilos de comida y otras en las que llevan 300. Y claro, si se varían sus hábitos de alimentación los buitres acaban por atacar al ganado".