Manuel Colonques Sanz y Cristina Babiloni ya son marido y mujer. El hijo del presidente de Porcelanosa y la psicóloga de Vall d´Alba contrajeron matrimonio ante la Virgen de Lledó y teniendo como testigos de excepción a Isabel Preysler, a Carlos Baute y a José Bono, así como a otros muchos empresarios y personalidades relevante de la sociedad provincial e, incluso, nacional.

El novio, visiblemente nervioso, llegó 17 minutos antes de la hora prevista, del brazo de su madre, Delfina Sanz, que no podía ocultar su alegría. Por el contrario, Isabel Preysler llegó 28 minutos tarde por un retraso del avión, y lo hizo envuelta en un juvenil vestido de Tutom y en los aplausos de los más de dos centenares que acudieron a la explanada de Lledó para presenciar un acontecimiento que, incluso, fue seguido en directo por las cámaras de Tele 5. «Huele a jazmín», decía una señora que tuvo la suerte de dar la mano a la musa de Porcelanosa, que llegó sola a Castelló. Miguel Boyer fue directamente a la cartuja de El Puig, donde se celebró un banquete amenizado por la orquesta Montecarlo.

Por la alfombra roja desfilaron, bajo un radiante sol, el presidente del Congreso, José Bono, del brazo de su mujer. También pasaron el ganadero Samuel Flores y el empresario Taquio Alemany, así como el gerente de Castelló Cultural y el presidente en funciones de la Diputación, Francisco Martínez, quien, además, actuó como testigo de la pareja, y entró a la Basílica del brazo de la hermana de la novia, Carla Babiloni, que fue Na Violant d´Hongria.

Pero el más aplaudido fue Carlos Baute. El cantante venezolano, que también llegó con retraso, derrochó simpatía, saludos y besos. Iba del brazo de su nueva novia y, por la noche, obsequió a los novios con un pequeño recital de sus grandes éxitos.

La novia llegó puntual, incluso unos minutos antes de la hora prevista. Como padrino actúo su tío paterno Raúl. Ella, lucía un vestido de corte antiguo en color champagne con escote de barco, talle de princesa y bajo con vuelo evasé.

En la ceremonia se contó con la actuación de la orquesta y coro de Helcano, que interpretó piezas como la Cantata 147 de Bach o el Ave María de Schubert, para finalizar con la Salve a la Lledonera.

Una vez que la pareja, ya convertida en marido y mujer, salió a la explanada de la Basílica fueron recibidos con pétalos de rosa blanca, mientras se soltaba una docena de palomas pintadas de diferentes colores, como homenaje al novio, un reconocido colombaire.

Manuel y Cristina se marcharon a El Puig a bordo de un Rolls Royce descapotable.