El Santuario de la Virgen de la Balma, en Sorita, volvió a abrir sus puertas el sábado. Las obras de rehabilitación han mantenido el ermitorio cerrado a los fieles. Con cinco millones de euros de por medio, ampliaciones de presupuesto y varias contingencias, incluido el impago al ermitaño, los trabajos han finalizado. A instancias del Ayuntamiento de Sorita, la Generalitat Valenciana ha decidido abrir el entorno del santuario para que los devotos puedan visitar la ermita, aunque falte por equipar la futura hospedería.

José Barberán, el ermitaño que se encerró en la Balma para reclamar a la Generalitat que pagase, vuelve a hacerse cargo del mantenimiento de la ermita y el resto del conjunto, a la espera que de la reapertura de la hospedería. Para ello será necesario dotar al edificio del mobiliario necesario, aspecto que está incluido en la actuación de la Generalitat.

En el primer día de apertura del ermitorio fueron decenas las personas de pueblos de Els Ports y las vecinas comarcas de Teruel, las que quisieron satisfacer su curiosidad para ver cómo había quedado el ermitorio. Para la mayoría el cambio es considerable, aunque en la ermita los trabajos han sido prácticamente imperceptibles.

Durante todo el día el ir y venir de visitantes fue constante. Incluso se acercaron a la Balma algunos autobuses con visitantes y es que el santuario enclavado en la roca, además de ser un punto de devoción religiosa, supone uno de los principales atractivos turísticos de Els Ports.

De momento, el ermitorio de la Balma abrirá sus puertas de manera regular para que los devotos puedan visitar la ermita y todo el conjunto que la rodea. El ermitaño se encargará de mantener este espacio abierto y, según parece, también rogará a Dios para que la Generalitat Valenciana salde siempre sus deudas.