El diputado provincial y concejal del PP en Castelló Miguel Ángel Mulet debe de tener grabada a fuego la disciplina de partido para defender en un sitio una cosa y a cien metros la contraria sin padecer trastornos bipolares. Una sola calle, un cómodo recorrido a pie de menos de cinco minutos, separa el ayuntamiento de la diputación, distancia suficiente para mantener posturas dispares sobre asuntos similares.

El PP apoyó anteayer en el pleno de la diputación una moción conjunta con el PSPV y el Bloc para instar al Gobierno central y al de la Generalitat a que no paralicen las inversiones previstas en la provincia. Un día antes, el grupo popular en el ayuntamiento de Castelló rechazó pactar con la oposición una iniciativa en los mismos términos, aunque ahora busca el consenso, forzado por lo ocurrido en la diputación.

Hace unas semanas, el PP votó en el palacio provincial en contra de exigir al Consell la apertura inmediata del centro Gran Vía de Castelló. Días después, el grupo popular en el ayuntamiento reclamó a la Generalitat que abra el Gran Vía. En esta última ocasión, el diputado-concejal Mulet se ausentó en el momento de la votación y, de paso, se ahorró el trago de contradecirse a sí mismo.

Otro ejemplo de la disparidad de criterios entre las principales instituciones de la provincia se dio en el caso de la rebaja salarial de los cargos electos. El equipo de gobierno en la diputación se adelantó al dictamen de la Federación Española de Municipios y Provincias y aprobó un mínimo recorte del 7% a los diputados. Posteriormente, el ayuntamiento de la capital acordó una rebaja de hasta el 15%.

El gran interrogante es qué habría pasado si estuviera en activo Carlos Fabra, que es presidente de la diputación, concejal en el ayuntamiento de Castelló y máximo responsable del PP en la provincia. ¿Habría pactado con la oposición en la diputación una moción exigiendo por igual al Gobierno central y a la Generalitat que cumplan sus compromisos? En caso afirmativo ¿habría permitido que Alberto Fabra rechazara un pacto similar en el ayuntamiento? ¿Habría tolerado Carlos Fabra que la diputación y el ayuntamiento votaran cosas distintas sobre el centro Gran Vía? ¿Estaría de acuerdo en bajarse un 7% el sueldo mientras que el alcalde se lo reduce en un 15%?

La falta de un discurso cohesionado entre el ayuntamiento y la diputación denota el vacío de poder que reina en el PP castellonense sin Carlos Fabra. Cada institución funciona de forma autónoma y afronta de modo distinto situaciones iguales. Nadie ha asumido el liderazgo del presidente ausente. El alcalde de Castelló y coordinador regional del PP, Alberto Fabra, evita interferir en la diputación, donde permanece recluido el núcleo duro del otro Fabra. El vicealcalde Javier Moliner era la persona llamada a tender puentes entre ambas entidades. Es la mano derecha de Alberto Fabra en el ayuntamiento. Pero también es el adjunto de Carlos Fabra en el PP y la persona designada para heredar la presidencia del partido y de la diputación. Sin embargo, Moliner ha optado por mantener una posición prudente y evita inmiscuirse en los asuntos de la plaza de Les Aules.