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El presidente del Consorcio de Basuras de la Zona Norte y teniente de alcalde de Albocàsser, Joaquín Puig, reiteró ayer que la planta de transferencias provisional destinada a paliar el retraso del vertedero de Cervera se ubicará en Benicarló, aunque delegó en Vaersa la responsabilidad de encontrar un emplazamiento final para los residuos.

La incógnita sigue siendo dónde se realojarán las basuras de Castelló que ya han rechazado varios municipios de otras provincias. Pese a ello, Puig mantiene que es un problema que deberá resolver la empresa concesionaria y que no entra dentro de las preocupaciones de la Junta de Gobierno del consorcio. "A mí no me preocupa en absoluto dónde vayan a parar después las basuras. Eso es algo que deberá resolver Vaersa y para nosotros es suficiente saber que podremos transferir las basuras".

No obstante, no pasa desapercibido que las negativas a recibir los residuos castellonenses han sido muchas y las dificultades para encontrar una planta de tratamiento final podría suponer serios contratiempos en la retirada de toneladas de basura.

Puig destacó que Vaersa cuenta cuanto menos con un vertedero en Xixona, aunque no pudo clarificar si los costes de transporte supondrán un encarecimiento. Lo que sí asegura es que el precio actual (alrededor de 70 euros por tonelada de basura) se encarecerá hasta 100 euros por tonelada cuando entre en funcionamiento el esperado vertedero de Cervera. El presidente también ratificó que la decisión de Benicarló está tomada -a la espera de flecos administrativos- y se "informará" a los miembros del consorcio.