?Son las 11.30 horas de la mañana y el inconfundible aroma a disolvente invade uno de los laboratorios de química orgánica de la Facultad de Ciencias Experimentales de la Universitat Jaume I. Tras la puerta aparece Conxin, una joven doctoranda de 31 años que trabaja en el equipo dirigido por el catedrático Miguel Carda. Seis doctores y otros cuatro estudiantes de doctorado bucean cada día a la búsqueda de un compuesto que sea capaz de detener la división incontrolada de células cancerígenas.

La meta es encontrar un compuesto relativamente sencillo y económico que pueda inhibir la tubulina, una macromolécula implicada en el proceso de división celular. La premisa es que si se logra detener la acción de la macromolécula que propicia la división celular incontrolada, también es posible detener la expansión del cáncer.

A día de hoy se conocen al menos cinco compuestos capaces de actuar sobre la alfa tubulina y detener la división de células cancerígenas, pero en todos los casos se trata de fórmulas excesivamente complejas, lo cual las hace más costosas desde el punto de vista de la elaboración y desde el punto de vista económico.

El deseo de facilitar la producción de un futuro medicamento es la razón de ser de un proyecto de investigación de 3 años de duración financiado por el Ministerio de Educación y Ciencia, la Generalitat Valenciana y la propia Universitat Jaume I.

El reto de los científicos de la UJI es encontrar compuestos de composición mucho más sencilla y con los mismos efectos. En primer lugar, el producto resultante debe ser capaz de unirse a la proteína conocida como huso mitótico. Posteriormente, el compuesto será efectivo si es capaz de inhibir la tubulina y detener la división celular.

En palabras del catedrático Miguel Carda, tan anhelado compuesto "es como una llave que debemos diseñar, limar y moldear para que entre en la cerradura; pero que entre en la cerradura no es suficiente. Tenemos que ser capaces de que también la haga girar y la abra. Para nosotros, el compuesto es la llave. Que entre en la cerradura significa que se puede adherir a la proteína y que abra la cerradura es equivalente a que pueda inhibir la tubulina y detener la división celular".

Las pruebas se remiten a los laboratorios del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y éstos remiten los resultados de cada uno de los componentes. El trabajo es minucioso y requiere horas de laboratorio, pero el resultado esperado merece la pena.