La Diócesis de Segorbe-Castelló emitió ayer un comunicado tras conocerse la noticia de la detención del cura de Vilafamés por un supuesto delito de pornografía infantil a través de Internet. Para el Obispado, de ser cierta la imputación, es "éste un hecho que nos duele profundamente, que lamentamos con sinceridad, y que rechazamos sin paliativo alguno".

Además, considera que "se trata de un grave delito, no sólo en el Derecho Penal del Estado, sino que también está considerado como un delito muy grave en el Derecho Canónico de la Iglesia, reservado por ello a la Congregación para la Doctrina de la Fe", añade el comunicado.

La jerarquía católica castellonense cree que esta conducta contradice el "deber y el compromiso de castidad de todo sacerdote católico y atenta contra la santidad del ministerio sacerdotal y la credibilidad del mismo". Igualmente "puede poner en entredicho, en muchos fieles, la fidelidad de la mayoría de nuestros sacerdotes". La Diócesis mostró su disposición "total" a colaborar con la Justicia en el esclarecimiento de los hechos, y a la vez ofrecerá al sacerdote imputado los medios necesarios para su "justa defensa". Así mismo, y en orden a evitar el "escándalo de los fieles", la curia asegura que se debe aplicar el canon 1.722 del Código Canónico y "después de haber hablado con el interesado y con el promotor de Justicia del Obispado, se ha decretado la suspensión cautelar en todos sus cargos, así como en el ejercicio del orden sacerdotal". La Iglesia pide que "la conducta de un sacerdote no lleve a la desconfianza en todos los demás".