El pleno de ayer, el primero del año en Almassora, podría calificarse de histórico. La corporación al completo levantó la mano para aprobar un crédito a corto plazo de un millón de euros y pagar así a tiempo a los proveedores. No es habitual esta imagen, excepto cuando todos los grupos se unen para reivindicar la protección de la costa, pero ayer la voluntad de acuerdo en materia económica diluyó el enfrentamiento. No en vano, la deuda del Consell y la creciente morosidad de los vecinos han llevado al equipo de gobierno a diseñar un "ambicioso" plan para reducir los gastos y garantizar la solvencia de las arcas.

El concejal de Hacienda, Enrique Brisach, recordó que el Consell adeuda 2,6 millones y los vecinos han dejado de ingresar 2,5 millones de impuestos sólo en 2011. Ante esta situación, "o acudimos a préstamos de tesorería o tenemos que dilatar los pagos". Es una medida obligada, añadió, por el incumplimiento de terceros. Aún así, el ayuntamiento hará frente a la situación con un plan de ahorro que estará listo, con toda probabilidad, en dos semanas y que definirá la gestión económica más inmediata. "No son medidas agradables", dice Brisach, "pero tomaremos las que hagan falta porque la situación es seria"

La administración autonómica es la que más adeuda al municipio: 2.670.000 euros. Durante el último año, el Consell se ha desentendido del mantenimiento de la residencia de la tercera edad, que supone cerca de 800.000 euros, y que ha tenido que adelantar la localidad. A esta partida se suma la subvención por las obras del entorno del futuro colegio Regina Violant (600.000 euros), ayudas para servicios sociales (300.000 euros), así como para el mantenimiento de la escuela taller, entre otros programas públicos menores. Por el contrario, el Estado sí ha cumplido con la liquidación del Plan E en 2011.

Las deudas de los vecinos son otra fuente de conflictos. Ni la subida de impuestos ni la del IVA parecen ser las causas de la morosidad de los almazorenses, señaló el alcalde, Vicente Casanova, al recordar que un lustro atrás el 90% de los residentes cumplía con sus obligaciones y en la actualidad el dato ha caído al 75%.

Las dificultades para pagar han lastrado las cuentas públicas, a lo que se suman las reticencias de los bancos para conceder nuevos créditos. Por ello que el consistorio busca nuevas fórmulas para reducir al máximo los gastos del consistorio.

La anécdota

Por primera vez, PSPV y Bloc trasladaron un "voto de confianza" al equipo de gobierno para afrontar el difícil momento. El portavoz socialista, Santiago Agustí, instó a "reajustar el gasto corriente", mientras que el líder del Bloc, Xavier Trenco, señaló que "la situación económica es cada vez más grave aunque la culpa no es nuestra" Y va a estar "vigilante" para evitar "facturas prescindibles".