Primer match ball salvado. El Villarreal se jugaba algo más que tres puntos anoche ante el Sporting de Gijón, principal rival por la permanencia, y dio un golpe sobre la mesa con una victoria por 3-0 que le saca de los puestos de descenso y le da moral de cara al próximo duelo ante el FC Barcelona. Esta vez sí el resultado fue acorde al buen juego desplegado por los amarillos, demostrando que este equipo tiene calidad suficiente para poder salir del abismo en el que él solo se ha metido. Bastó el compromiso de todos los jugadores, enchufados desde el primer minuto con el apoyo de la afición, para poner entre las cuerdas a un rival que va a sufrir para salvar la categoría.

Hacía ya falta una victoria, y sin sufrimiento. Más de dos meses le ha costado a la parroquia amarilla poder celebrar un triunfo, el primero de la era Molina que en tres encuentros ha sumado cuatro puntos.

Independientemente del resultado, la imagen del conjunto de La Plana Baixa nada tuvo que ver a la del Vicente Calderón. Los amarillos salieron enchufados desde el primer minuto, gracias, en parte, a que José Molina fue valiente y apostó por Joselu como titular para mantener el 4-4-2. Sin duda, el esquema con el que más cómodo se encuentra la escuadra castellonense. Y todo eso adornado con un Borja Valero que volvió a ser el director de orquesta. Paliza tremenda la que se dio el madrileño. Igual estaba delante creando muchísimo peligro con sus internadas por el centro, que tenía que bajar rápidamente a la defensa a ayudar a Oriol en banda izquierda.

Muy bien los laterales, en particular el catalán cuyas incorporaciones al ataque volvieron a crear muchísimo peligro. Se demostró una vez más que este Villarreal necesita a Senna a su mejor nivel, o sino, a un nuevo Senna que llegue en el mercado de invierno. Y en defensa, la dupla argentina se mostró más segura que cuando Zapata está sobre el campo. Difícil va a tener el colombiano, que se quedó en la grada, volver a jugar de titular.

El submarino lo tenía todo. Dominio de balón, juego de toque, a un líder como Borja que tiraba del carro pero le faltó lo indispensable, el gol. Con toda la defensa del Sporting replegada, con el ex amarillo Eguren de stopper, había que hilar muy fino para poder perforar la portería de Juan Pablo. Y al pobre Joselu los nervios le pasaron factura, mientras que Marco Ruben estaba continuamente tapado por dos defensas.

Es por eso que los jugadores de segunda línea entraron en acción y las mejores ocasiones fueron obra de Borja Valero y Cani.

Las más claras las tuvo el mediocentro madrileño en los últimos diez minutos de la primera mitad. La primera en una jugada de pillo, cuando le robó la cartera a Lora y sólo Botía, que se tiró desesperado, impidió el gol. El segundo, de entrar se hubiese convertido en uno de los goles de la jornada con un magnífico disparo de Borja desde la frontal que se marchó rozando el palo.

El maño también hizo mucho daño y a punto estuvo de sorprender a Juan Pablo en el minuto 31. Pero sin duda, la ocasión más clara fue una rocambolesca jugada, tras un lanzamiento de córner de Borja, que remata de cabeza Marco Ruben a los pies de Joselu, cuyo disparo para a bocajarro el meta rival y Musacchio no acierta en el rechace delante de la portería.

Con este dominio, y con algún que otro despiste de la defensa amarilla con pérdidas de balón en su área que a punto estuvieron de dar un susto, llegó el Villarreal al descanso.

Los de Molina regresaron al campo con la premisa de mantener el nivel mostrado pero intentar tirar más a puerta para encontrar el gol. Y los amarillos cumplieron las órdenes a la perfección. Apenas diez minutos después, Marco Ruben se elaboró él mismo una jugada, consiguiendo deshacerse de tres defensas dentro del área para poder batir a Juan Pablo y por fin inaugurar el marcador. Y cuando aún el Sporting estaba encajando el palo recibido llegó el gran Borja Valero y con su pierna mala, si es que tiene una, lanzó un tremendo disparo desde fuera del área para subir el 2-0 de la tranquilidad al electrónico.

A diferencia de en otras ocasiones, el Villarreal no se acomodó con el resultado y se mostró ambicioso buscando en todo momento un tercer gol. Y éste estuvo apunto de llegar obra de marco Ruben si no fuera porque Rivera en el último momento sacó el balón desde la misma línea de gol.

Era momento de refrescar al equipo y Molina apostó por castellani, el jugador número doce. También saltaron al terreno de juego Camuñas y Marchena. Y a punto del pitido final, llegó otro de los mejores del partido, Bruno Soriano, y puso la guinda a una gran noche con un golazo desde la frontal que permite de nuevo soñar al Villarreal.