Soñar no cuesta dinero y en los tiempos que corren por qué no el Villarreal puede ganar al infalible FC Barcelona. El último triunfo ante el Sporting de Gijón, aunque sigue manteniendo al equipo en la cuerda floja -está empatado a puntos con el Granada que cierra el descenso-, ha dado la inyección de moral que le hacía falta a los jugadores amarillos para creer en sí mismos y afrontar este duelo con ilusión.

Las misma ilusión que tiene el debutante José Molina, a quien lejos de venirle grande este duelo de altas lindes en la máxima categoría, asegura que le va a jugar a los de Guardiola de tú a tú, sin pensar en lo que hizo el Real Madrid en Copa. El submarino será fiel a su estilo ofensivo y salvo sorpresa mantendrá el mismo 4-4-2 planteado el lunes pasado frente al penúltimo de la Liga.

Eso significa que también se quedará en la grada su mejor y más caro delantero, Nilmar Honorato Da Silva, que esta vez sí parece que podría vivir sus últimas horas como amarillos antes de fichar por el Sao Paulo. En su lugar volverá el ambicioso Joselu, quien quiere quitarse la espina de no poder haber debutado con un gol el pasado lunes y que mejor forma de resarcirse que marcarle al premio Zamora de los últimos años.

Junto a él estará Marco Ruben, quien espera mantener la línea de los últimos partidos.

La presencia de Marcos Senna junto a Bruno en el centro del campo sin duda es garantía de lucha por el balón en el centro del campo contra ex compañeros de selección como Xavi, Busquets o Fábregas.

Pero sin duda hay un hombre en el equipo rival que merece especial atención, y si se le consigue frenar el Villarreal tiene mucho ganado.

Entre argentinos anda el juego

Y ese no es otro que el mejor jugador del mundo, tres veces consecutiva balón de oro, Leo Messi. Un ídolo en Argentina que es conocido muy bien por sus compatriotas Musacchio y Gonzalo, la pareja de centrales del Villarreal que se encargarán de intentar frenar las internadas de La Pulga.

Un Barça ¿mermado?

Pero no sólo Leo Messi crea peligro en un FC Barcelona que desde la Ciudad Condal se insiste en que llega mermado por las bajas y por el cansancio tanto físico como anímico tras disputar este miércoles los cuartos de final de Copa del Rey ante el Real Madrid.

Es verdad que dicho duelo conllevó las lesiones de Iniesta y Alexis, que se unen a las de larga duración de David Villa y Fontás. La ausencia del manchego obligará a reformular el centro del campo, en el que se espera a Xavi, Busquets y Cesc Fàbregas, mientras que la ausencia de mediocampistas por lesión o, en el caso de Keita, porque está jugando la Copa África, podría empujar a Guardiola a recuperar a los extremos, con Pedro y Cuenca.

De todas formas, independientemente de las bajas, el once que presentará el Barça en El Madrigal no defraudará a la afición que se espera llene por primera vez esta temporada el campo.