El Grup per la Recerca de la Memòria Històrica criticó ayer la decisión del Obispado de Segorbe- Castelló de exhumar los cadáveres de sus represaliados durante la Guerra Civil española. Onda es el primer municipio que se suma a la iniciativa de la Iglesia con la exhumación de una treintena de personas fallecidas en 1936.

Según fuentes del Grup, la decisión del Obispado es una "provocación que da a entender que la Iglesia no admite los crímenes del franquismo".

Desde esta asociación que reivindica la recuperación de la memoria histórica en Castelló, se considera que la curia católica "santifica" a unas personas mientras "deja a otras en la cuneta, sin una sepultura digna, ni reparación moral ni indemnización para sus familiares".

El Grup per la Recerca recordó que "muchos castellonenses llevan 70 años aguantando en silencio y cuando hay un atisbo de reparación sale la Iglesia con esto". Las fuentes consultadas de la asociación señalan que con iniciativas como la que trata de llevar a cabo el Obispado "no se contribuye en nada a favorecer la reconciliación nacional".

"No sabemos si esta sociedad será capaz de superar el trauma de la guerra, pero la Iglesia tendría que dar ejemplo de humanidad con las familias que sufrieron la represión del franquismo", añade.

El Grup termina su comunicado asegurando que la Iglesia tendría que "velar por la Justicia, porque es algo que está en su ideario, y dejar de mirarse el ombligo".

Mientras tanto, fuentes próximas al Obispado aseguran que la Iglesia pedirá la exhumación de sus mártires de la guerra civil en Castelló.

El órgano eclesiástico que se encarga de impulsar estos procedimientos es la Delegación Diocesana para la Causa de los Santos, que "elaborará un estudio detallado caso por caso para comprobar las circunstancias personales de cada fallecido". El encargado de instruir estos expedientes será el cura Jesús Vilar, sacerdote de la parroquia de Moncofa y responsable de esta Delegación Diocesana.

De esta manera, la Diócesis inicia un plan para beatificar a 265 religiosos, curas, mártires y represaliados civiles muertos durante la contienda civil.

El primer paso se ha dado en Onda con la exhumación de 32 cadáveres, cuya beatificación se trasladará a Roma. En las próximas semanas se llevarán a cabo más exhumaciones en Castelló, Vila-real y l'Alcora.

Precisamente esta semana que se cierra el Grup per la Recerca presentó en el juicio contra el juez Baltasar Garzón el testimonio de un vecino de Castelló que perdió a un familiar por la represión franquista. La declaración de Antoni Solsona, cuyo padre fue ejecutado extrajudicialmente en 1947, no ha servido para evitar una sentencia condenatoria del Tribunal Supremo contra Garzón, que fue inhabilitado durante 11 años.