Más de 2.000 estudiantes de la Universitat Jaume I y de institutos de secundaria de Castelló -700 según la Policía Local y 3.000 según la organización- se manifestaron ayer en el centro de la ciudad en el marco de una huelga general estudiantil contra los recortes del Consell en la educación pública.

Según fuentes de los propios centros educativos, la huelga fue seguida por más de un 80% del alumnado en los institutos de secundaria (a partir de 4º de ESO) y en más de un 60% en la Universitat Jaume I. Paradójicamente, la movilización no fue secundada por el Consell d'Estudiants de la Jaume I.

Sin embargo, los sindicatos mayoritarios de la UJI sí respaldaron una protesta que evidenció la brecha abierta entre un sector de los estudiantes y el Consell d'Estudiants, que anunció una campaña alternativa en defensa de la educación pública junto con otros 23 campus liderados por la Coordinadora de Representantes de Estudiantes de Universidades Públicas (CREUP). La mencionada campaña lanza una crítica contra los recortes presupuestarios a las universidades públicas bajo el lema "#maleducados Enamorados de la Educación Pública y de Calidad".

El Consell d'Estudiants inició a las 12 horas el reparto de folletos informativos y anunció pegadas de carteles durante los próximos días. No obstante, esta medida no fue suficiente para evitar las críticas de cientos de estudiantes que no entendieron por qué sus representantes no secundaban ni la huelga ni la acampada reivindicativa en la facultad de Humanas. El Front d'Estudiants per l'Universitat Pública de la UJI había asumido la promoción de la convocatoria estatal en Castelló y no invitó al Consell d'Estudiants, que tampoco mostró especial interés en participar. Es más, la tensión estaba servida desde el momento en el que la sede de los portavoces estudiantiles amaneció empapelada con fotos de los dos portavoces (Sergio Toledo y Juan Luis Saura) en un acto junto a Vicente Rambla, Francisco Camps y Carlos Fabra.

La cabeza de la protesta se dirigió a las 10.30 horas a la sede de los portavoces estudiantiles para reprobar su indiferencia ante la huelga, aunque no hubo incidentes y los manifestantes se dirigieron hacia el centro de la ciudad para encontrarse en La Farola con los alumnos de secundaria, que se movilizaron más que los universitarios. La marea estudiantil pasó de largo de la casa del presidente del Consell, Alberto Fabra, -donde la policía antidisturbios hacía guardia por si acaso- y recorrió las calles del centro pacíficamente, aunque haciéndose escuchar.

"Volem futur"; "Podrán cortar las flores, pero no la primavera". Los estudiantes protestaban ya no sólo por los recortes, sino también por el temor a una privatización progresiva de la educación pública y la sustitución de las becas por "préstamos". En la plaza María Agustina los estudiantes se unieron a la manifestación contra los recortes del sector público convocada por los sindicatos, que acompañaron a los jóvenes para concluir la protesta ante la sede de la Conselleria de Educación en Hermanos Bou.

La voz estudiantil también resonó en Vinaròs, donde más de 300 estudiantes de Bachillerato de los institutos de Vinaròs, Benicarló y Peñíscola se manifestaron contra los recortes de la Generalitat. Al finalizar la manifestación, que arranco desde la plaza Parroquial, se procedió a la lectura de un manifiesto público a las puertas del ayuntamiento. La noche anterior, una treintena de estudiantes del IES Leopoldo Querol de Vinaròs habían protagonizado un encierro de protesta en el centro, informa Juan José Benito.