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La sección del sindicato Comisiones Obreras (CCOO) en la Unidad de Brigadas de Emergencia (UBE) de la Generalitat Valenciana denunció ayer que la respuesta al incendio del Alto Palancia sufrió un retraso crítico por el recorte de las bases de brigadas de refuerzo estival en cuatro municipios cercanos a la zona afectada (Bejís, Altura, El Toro y Onda). Según el sindicato, cuatro de las citadas bases y sus 44 agentes (Bejís, El Toro y Onda) habían sido eliminadas con la reducción del 80% de las brigadas de refuerzo en la provincia de Castelló, acometida desde el año 2011.

La única que se mantenía era la de Altura, pero tampoco estuvo operativa en el momento de la declaración del incendio porque la Generalitat redujo el servicio de 5 a 3 meses y la unidad no comenzaba a operar hasta el 1 de julio (antes lo hacía desde mayo).

El fuego original que se extendió hasta Castelló partía de Andilla (Valencia), donde los recortes también habían eliminado la autobomba del pueblo y las bases de bomberos forestales más cercanas de Calles e Higueruelas.

Los representantes sindicales de los bomberos responsabilizan directamente al conseller de Gobernación, Serafín Castellano, y exigen su dimisión. "Los hechos objetivos evidencian que los recortes han generado un gran riesgo que ha empeorado mucho la respuesta a un incendio en el que, con estas brigadas operativas, podríamos estar hablando de muchísimas menos hectáreas quemadas", apuntó CCOO.

Los bomberos insisten en que la eliminación de estas brigadas aumentó inevitablemente el tiempo de respuesta y el resultado fue dramático. "La clave para detener un incendio son los primeros minutos, porque con agentes suficientes se puede atajar el fuego y minimizar las hectáreas. Cuando pasan dos horas, con un fuego descontrolado, por muchos agentes militares que vengan, ya no es eficiente. Y al no haber brigada de refuerzo, tuvieron que llegar desde Jérica, lo cual inevitablemente alargó el tiempo de respuesta, ya que no se puede llegar antes de una hora a Andilla en el mejor de los casos; si suponemos que no estaban en el fuego de Cortes".

De hecho, en opinión de los brigadistas, otro factor clave fue que la reducción de los refuerzos en toda la Comunitat hizo que, en el momento de que el incendio de Andilla llegara a Castelló, parte de las brigadas castellonenses no pudieran responder porque se habían desplazado para cubrir las carencias de agentes en el fuego de Cortes de Pallás.

Una crónica anunciada

El riesgo había sido advertido públicamente a principios de junio por los bomberos de Comisiones Obreras ; que aseguraban que el "desastre ecológico" era una crónica anunciada. "Si tenemos que responder a un fuego medio o de alta intensidad, o a dos avisos urgentes simultáneos, vamos a tener muchos problemas para poder responder. Es una imprudencia tremenda dejarnos así".

Por su parte, la Generalitat se limitó a defender la abundancia de medios de un dispositivo que ahora se encuentra con un balance de cerca de 50.000 hectáreas quemadas en sólo cuatro días.

Con estos datos en la mano, quienes menos pueden entender los argumentos del Consell son los vecinos de los pueblos quemados en Castelló (Sacañet, Teresa, Bejís y Altura), que contemplan con tristeza e indignación el paisaje de su hogar devastado.