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Las medidas contra el cambio climático y de control de la contaminación no han logrado rebajar los niveles de polución por ozono troposférico en la provincia de Castelló, que sólo en el mes de julio registró más de 190 superaciones del nivel máximo para la salud humana marcado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) -110 microgramos por metro cúbico en una hora-.

Así lo revelan los datos de las estaciones medidoras de la Conselleria de Medio Ambiente, que está obligada a facilitar los datos a la ciudadanía en cumplimiento de directiva europea 2008/50 y el real decreto estatal 102/2011.

Las últimas mediciones, sumadas a los balances de los dos últimos años, indican que será difícil cumplir los objetivos que había fijado para 2012 la Unión Europea, que establecía la necesidad de no superar el umbral para la salud durante más de 25 días por año civil durante un periodo de 3 años.

La propia UE ya elevó el umbral hasta 120 microgramos para hacer más viable su cumplimiento, pero los datos provisionales indican que ni siquiera esta maniobra será suficiente para llegar a este objetivo de salud ambiental.

Los municipios con estación medidora en los que se han documentado las superaciones de los límites de contaminación nocivos para la salud son Burriana (8 superaciones), Castelló-Ermita (2), Castelló-Grau (6), Castelló-Penyeta (1), Cirat (18), Coratxà (14), l'Alcora (10), la Vall d'Uixó (10), Morella (22), Onda (10), Sant Jordi (10), Torre Endoménech (8), Vallibona (20), Vilafranca (18), Viver (20) y Zorita 19. .

Afecta más a niños y ancianos

El ozono troposférico es un gas que se genera debido a la reacción química de los óxidos de nitrógeno procedentes de las industrias y los vehículos a motor con la radiación solar, una combinación que dispara los niveles de este contaminante en la época estival. Paradójicamente, el efecto de los vientos y la circulación del gas contaminante provocan que los municipios del interior (teóricamente menos contaminados) sean aquellos que sufren más una polución que se genera en su mayor parte en la costa debido a la industria y, muy especialmente, las emisiones de los vehículos.

Los efectos más conocidos del ozono son la generación de problemas respiratorios, afecciones al sistema nervioso, la aceleración de la oxidación celular del ser humano, la reducción de las tormentas de verano y su capacidad de sobrecalentamiento - con una influencia 200 veces superior al efecto invernadero del dióxido de carbono-.

La Generalitat Valenciana y el CEAM desarrollan desde 1999 el programa vigilancia e información a la población Previozono, gracias al cual se publican diariamente los datos de contaminación recopilados por 15 estaciones medidoras distribuidas en la provincia de Castelló.

La propia Conselleria de Territorio advierte que ancianos y niños son especialmente vulnerables a los efectos de este contaminante. Asimismo, recomienda evitar la exposición a radiaciones solares y la práctica de ejercicio físico durante el periodo de mayor riesgo de afección (entre las 10 y las 15 horas).

Las mayores concentraciones de O3 se producen entre los meses de mayo y septiembre, periodos que coinciden con los mayores índices de radiación solar en las comarcas castellonenses.

Las acumulaciones de ozono pueden llegar a provocar un descenso de lluvias y se dispersan en el momento en el que precipitan tormentas de verano. Además, el CEAM ha asociado el ozono con los procesos de creación de lluvias torrenciales.