Ya no se conforman con robar la producción, ahora se llevan lo más valioso del árbol: su madera. En Peñíscola el propietario de una finca de olivos contempló con asombro como alguien había quitado las ramas de varios de sus olivos para llevarse la madera. Fue a raíz de un reciente incendio que tuvo lugar en la localidad turística, cuando al acercarse a comprobar si los efectos de las llamas habían afectado a su finca, advirtió del robo. Alguna persona o grupo de personas cortó con motosierras de cuajo una docena de árboles y los podó dejando las ramas y llevándose sus enormes troncos.

Estos ejemplares eran centenarios y formaban parte de una finca familiar. José F., su propietario, manifestó su "indignación" por los hechos.

El hecho que dejaran las partes más pequeñas le hace presuponer que "lo han hecho para aprovechar comercialmente la madera, si no se hubieran llevado también las pequeñas". La producción de artesanía y decoración en madera y el coste de la madera de olivo hacen de estos árboles una presa fácil a campo abierto y en fincas de fácil acceso como la de José, situada en la partida Poaig, cerca del Mas de Conill. Ahora denunciará los hechos ante el Seprona.

Preocupación en la Unió

Ramón Mampel, secretario general de la Unió de Llauradors, recordó que ya realizaron hace unos tres años alguna denuncia por hechos similares "porque la gente iba a arrancar olivos viejos de fincas sin permiso de sus propietarios. En aquel momento hicimos una denuncia y frenamos la práctica ya que su propietario ni lo sabía, pero ya tenían algún olivo arrancado en Canet".

Para el secretario de la Unió "es preocupante que a uno se le lleven lo suyo, como ocurre con el cobre o el hierro", algo que difiere y mucho de una posible confusión "que puede darse al creer que tales olivos estaban en su finca pero en esta ocasión parece claro que se tiran a la leña y arrancan arboles vivos sin miramiento".

La asociación agraria tiene claro que si se dan estos hechos "es porque hay un mercado y aprovechamiento de la madera", algo que "es muy desagradable para el que va a su finca y se encuentra con la sorpresa que ya no encuentra sus árboles", concluyó.

La Unió de Llauradors pide a los agricultores que denuncien los robos y reclama más seguridad en el mundo rural "porque al final aquí todo vale".